
Formar parte de una comunidad de propietarios no solo otorga derechos sobre las zonas comunes del edificio: también implica una serie de obligaciones legales y convivenciales que todos los vecinos deben respetar. El desconocimiento o el incumplimiento de estas normas puede generar conflictos y afectar al buen funcionamiento de la comunidad.
En este artículo repasamos cuáles son esas obligaciones, según la Ley de Propiedad Horizontal (LPH) y la práctica habitual.
1. Contribuir a los gastos comunes
Una de las principales obligaciones de los propietarios es pagar las cuotas comunitarias necesarias para el mantenimiento, conservación y funcionamiento del edificio: limpieza, seguros, ascensores, suministros, reparaciones, honorarios del administrador, etc.
Estas cuotas se reparten en función del coeficiente de participación de cada propiedad, y el impago puede derivar en reclamaciones judiciales, intereses de demora e incluso embargo del inmueble.
Importante: el hecho de no usar un servicio (por ejemplo, el ascensor) no exime del pago si ese gasto fue aprobado por la junta.
2. Respetar las normas de convivencia
Los propietarios deben respetar los estatutos, el título constitutivo y las normas de régimen interior de la comunidad. Esto incluye aspectos como:
- No realizar actividades molestas, insalubres o peligrosas.
- Evitar ruidos fuera del horario permitido.
- Respetar el uso de zonas comunes (piscina, azotea, trasteros…).
- Cumplir con las normas sobre mascotas, obras o decoración de fachadas.
El incumplimiento reiterado de estas normas puede ser sancionado por la comunidad e incluso perseguido judicialmente en casos graves.
3. Permitir las reparaciones necesarias
Cuando es necesario acceder a un elemento privativo (una vivienda o local) para realizar reparaciones urgentes en elementos comunes (por ejemplo, una bajante, instalación eléctrica o estructura), el propietario tiene la obligación de permitir el acceso a su propiedad.
Eso sí, estas actuaciones deben estar justificadas, notificarse previamente (salvo urgencia) y realizarse causando el menor perjuicio posible.
4. Mantener en buen estado su propiedad
Cada propietario debe mantener su vivienda o local en condiciones adecuadas de seguridad, salubridad y estética, de forma que no perjudique al resto de la comunidad. Por ejemplo, una fuga de agua o una terraza mal sellada pueden causar daños a pisos inferiores.
Además, las obras en el interior deben respetar la estructura y elementos comunes y, en algunos casos, requerir la autorización de la comunidad o de los organismos municipales.
5. Comunicar el cambio de titularidad
Cuando un inmueble se vende, se hereda o se dona, el nuevo propietario debe comunicar su titularidad a la comunidad. Hasta que esto ocurre, el anterior propietario sigue siendo considerado responsable ante la comunidad, según establece el artículo 9 de la LPH.
También se recomienda actualizar los datos de contacto para recibir notificaciones y actas correctamente.
6. Asistir a las juntas (o delegar)
Aunque no es obligatorio asistir a las juntas de propietarios, es altamente recomendable. Participar permite defender intereses propios, votar decisiones importantes y mantenerse informado.
Si no se puede asistir, se puede delegar el voto en otro propietario o persona de confianza, mediante autorización escrita.
¿Y si un propietario incumple?
La comunidad puede adoptar medidas frente a propietarios que incumplen sus obligaciones:
- Reclamación de deudas por vía judicial.
- Exigir cesación de actividades molestas (incluso con desahucio en casos extremos).
- Denuncias ante la administración si se vulnera normativa municipal o autonómica.
En todo caso, es importante actuar conforme a la ley y, si es necesario, contar con el apoyo de un administrador de fincas profesional.
Conclusión
Vivir en comunidad implica derechos, pero también responsabilidades que todos debemos asumir. Cumplir con las obligaciones legales y respetar las normas de convivencia no solo evita sanciones, sino que favorece un ambiente tranquilo, justo y organizado para todos los vecinos.
Desde nuestra administración de fincas, te ayudamos a gestionar estos aspectos de forma profesional y preventiva, resolviendo conflictos y facilitando el día a día en tu comunidad.